Historia del chocolate en Semana Santa

Historia del chocolate en Semana Santa

Un recorrido por los aromas del chocolate nos lleva desde los orígenes del cacao en los pueblos de Mesoamérica hasta su introducción en Europa para conocer las nuevas técnicas que lo transformaron en el chocolate que hoy conocemos. El oficio del maestro chocolatero y las tradiciones italianas llegaron a Bariloche para convertirse en parte de la identidad de la ciudad.

Alimento de los dioses

El origen del cacao se remonta hasta los mayas y aztecas que cultivaban el fruto para obtener una bebida aromática y energética de fuerte sabor. La bebida tenía un carácter aristocrático, con beneficios físicos y de longevidad. Muchos de sus ritos sagrados se enfocaban alrededor de esta planta. Las semillas también se utilizaban como moneda de cambio. El árbol del cacao crecía en forma natural en las cuencas del Amazonas y del Orinoco y luego comenzó a cultivarse en Centroamérica, hace más de 2500 años.

Hernán Cortés introdujo la semilla de cacao en la corte de Carlos V. Pronto las bayas llegaron a otros países europeos, y Francia e Inglaterra fueron los primeros en especializarse en la fabricación de chocolate, con el agregado de azúcar y especias. El chocolate fue evolucionando con nuevas técnicas de tostado y trituración del grano y con descubrimientos hechos por los suizos Rudolf Lindt, que en 1840 explora los beneficios de la mezcla de manteca de cacao a la pasta de cacao, para lograr un chocolate más dulce y suave; y por otro lado, Henry Nestlé, que en 1905 aplica un método de condensación de leche para alcanzar un nuevo sabor de chocolate con leche.

Pioneros del chocolate en Bariloche

Aldo Fenoglio ya era un maestro chocolatero en la región piamontesa italiana de los años 30. Allí conoce a quien sería su esposa, Inés Secco, también de familia de chocolateros. Se casan en la época de la guerra y emigran con sus maletas cargadas de conocimientos para fundar una larga tradición en una pequeña aldea de la Patagonia que comenzaba a extenderse en la costa del Nahuel Huapi. Llegan a Bariloche en 1948, un pueblo muy parecido a la región de los Alpes italianos que habían dejado atrás.

El clima seco y la falta de humedad facilitaron la elaboración del chocolate artesanal con orígenes italianos. En 1947 inauguran la confitería “Tronador” y pronto la calidad del chocolate se hizo protagonista y fue dando a la región una característica nueva para dar a conocer a los visitantes. Luego Tronador pasó a llamarse Fenoglio.
Unos años más tarde llegaría otro italiano, Benito Secco, hermano de doña Inés, con su oficio de chocolatero, aprendido en las tradiciones suizo-italianas. Don Benito inaugura la tradicional chocolatería Del Turista en 1969 sobre la calle Mitre. Así la historia del chocolate en Bariloche comenzó a ser parte de la identidad de los barilochenses.

Museo del Chocolate

El aroma del chocolate te invita a visitar el Museo del Chocolate para conocer todo el material expuesto en maquetas, láminas y objetos. Una historia a través de los continentes desde la época de los mayas hasta la actualidad. En Av. Bustillo 1158.

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