Un nuevo aniversario en la historia de Bariloche. Segunda Parte

Un nuevo aniversario en la historia de Bariloche. Segunda Parte

Aniversario de Bariloche

En sus primeras tres décadas, el desarrollo económico de Bariloche está relacionado con un nombre, Primo Capraro. El empresario del Nahuel Huapi fue un férreo impulsor de la actividad regional. Tuvo su centro de actividades en su aserradero, desde el cual se extendió hasta las esferas económicas y políticas del Estado. Próximos a cumplir un nuevo aniversario, Correntoso Rent a Car te propone conectarte con la historia de Bariloche.

Primo Capraro

Para 1917 Capraro ya había instalado en Bariloche su aserradero, luego de un intento minero fallido en un lote del lago Correntoso, en la margen noroeste del Nahuel Huapi. Desde su llegada a Bariloche, a la par que adquiría lotes en el radio urbano y en la colonia, impulsaba la actividad mercantil pero de modo casi monopólico. Con una herrería, un taller mecánico, una carpintería, su aserradero proveía de madera a todo el pueblo y su empresa constructora levantó la mayoría de las viviendas de la comarca, que para 1915 ya contaba con 1500 habitantes. Más tarde, construyó almacenes, puentes y edificios para el Estado. Además, se ocupó de hacer llegar a sus compatriotas italianos, por los cuales intercedía en los trámites de radicación. Así, su empresa creció en actividad y empleados y ocupaba todo el predio del actual Centro Cívico.

Hasta la Primera Guerra Mundial, el circuito mercantil entre Bariloche, Puerto Montt y Europa creció en forma acelerada. Luego las vicisitudes mundiales hicieron decaer el mercado en la cordillera. Entre otros, la Compañía Chile-Argentina, que se dedicaba a la actividad ganadera y maderera con una gran producción en la primera década del siglo, comenzó a deshacerse de sus activos. En 1916 Primo Capraro y Cía. compró la empresa. La región de frontera todavía se entendía como un espacio de intercambio social y comercial.

Espacio regional: desarrollo económico

La nueva Aduana instaurada en 1920 entre Chile y Argentina dificultó la actividad comercial y produjo un cambio de paradigma en la región, que se volcó al modelo agrícola pastoril. Capraro fue un impulsor del tendido de la línea férrea desde San Antonio, sobre el Atlántico, hasta la cordillera. Quería facilitar las comunicaciones y el comercio a través del tren. Fue un defensor de la industria y el desarrollo regional. En este sentido, luego de la disminución comercial con Chile, se reinventó y se convirtió en proveedor del Estado con sus productos madereros y, por si fuera poco, estableció sucursales en Comallo y Pilcaniyeu, abrió hoteles, instaló una usina, creó una flota lacustre, una línea de pasajeros con coches Ford, entre muchas actividades.

Con todo su protagonismo, Capraro tuvo una participación en el proceso sociopolítico de la región y sus redes políticas crecieron exponencialmente. Estas primeras décadas del siglo están caracterizadas por la inmigración masiva y el nuevo pensar con las ideas socialistas en la región patagónica, y por el otro lado, el advenimiento de la Liga Patriótica Argentina, que advertía y actuaba en consecuencia sobre los temas de soberanía y frontera. Algunos vecinos, miembros de la liga local, vieron con malos ojos y desconfianza que los extranjeros ocuparan cargos en la Comisión de Fomento. Esta controversia con su comunidad y la crisis de los años 30 fueron el comienzo de la caída de Capraro.

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Foto: Archivo Visual Patagonico